Domingo 29 de noviembre de 2009. 18:59 horas. Camp Nou, Avinguda Joan XXIII con Travessera de Les Corts, Barcelona. Está a punto de empezar, parece que el mundo se vaya a paralizar cuando el árbitro de inicio al partido. 405 millones de euros contra otros 400, en total, 805 kilos sobre el césped, a los que hay que añadir unos beneficios televisivos aumentados gracias al pago por visión (gran negocio, el de Rouras), las casi 100.000 entradas que se han vendido... Casi nada.
Pero no voy a hablar del partido.
Domingo 29 de noviembre de 2009. Unas horas antes. Me despierto y veo que El País Semanal publica un reportaje sobre Alcorcón, y empiezo a asociar conceptos: no estaría mal meterles 4, esta tarde. Con el paso del tiempo sigo asociando conceptos. Más bien, uno: ilusión. Aunque no tengo claro que tipo de ilusión.
¿Ilusión por el partido? No mucha, tampoco es tan trascendente. ¿Por el del año pasado? Eso es más bien emoción. ¿Por lo que sintieron los jugadores del Alcorcón cuando le ganaron 4-0 al Madrid? Creo que si. Aquel día no eran 405 millones contra 400, eran 1 contra 400 (¿y ganaron? Pues si, debe ser lo bonito del deporte, que puede ganar cualquiera).
A medida que voy leyendo el reportaje, Borja, delantero del Alcorcón, habla de la estabilidad económica el club. “De que se paga a fin de mes”, dice. Y yo pienso en aquellos que ni siquiera cobran, en el año en que el Levante a punto estuvo de no jugar porque llevaban meses sin cobrar, de esos deportes que solo aparecen en las noticias cuando no tienen dinero para viajar o para inscribirse en las competiciones. También me vienen a la cabeza aquellos que pagamos por estar en un club, por hacer el deporte que nos gusta, pero que cada fin de semana tenemos que desplazarnos por nuestros medios para competir.
Entonces entiendo lo de la ilusión. La ilusión por salir al campo, a las pistas, a donde sea, para darlo todo haciendo lo que más nos gusta. Me doy cuenta de que tengo mono de competir (o ilusión, el tema es que me apetece), y descubro que por fin ha salido el horario. El día 19 a las 18:35. Solo quedan veinte días. ¿Solo? No, aún quedan 20 días. 20 días de espera, de sufrimiento, pero sobretodo de ilusión.
Domingo 29 de noviembre de 2009. 18:40 horas. Valencia. Frente a mi ordenador. Aparco la maratón de Big Bang, me pongo mi camiseta del Barça y bajo al bar a ver el partido con Àlex, Cambres y Rebeca. Partido o millones de euros desperdiciados, pero me gusta. Aunque esos millones estarían mejor invertidos en aquellos países donde millones de personas pasan hambre. A ellas si les haría ilusión vivir la mitad de bien que nosotros.
Pero no voy a hablar del partido.
Domingo 29 de noviembre de 2009. Unas horas antes. Me despierto y veo que El País Semanal publica un reportaje sobre Alcorcón, y empiezo a asociar conceptos: no estaría mal meterles 4, esta tarde. Con el paso del tiempo sigo asociando conceptos. Más bien, uno: ilusión. Aunque no tengo claro que tipo de ilusión.
¿Ilusión por el partido? No mucha, tampoco es tan trascendente. ¿Por el del año pasado? Eso es más bien emoción. ¿Por lo que sintieron los jugadores del Alcorcón cuando le ganaron 4-0 al Madrid? Creo que si. Aquel día no eran 405 millones contra 400, eran 1 contra 400 (¿y ganaron? Pues si, debe ser lo bonito del deporte, que puede ganar cualquiera).
A medida que voy leyendo el reportaje, Borja, delantero del Alcorcón, habla de la estabilidad económica el club. “De que se paga a fin de mes”, dice. Y yo pienso en aquellos que ni siquiera cobran, en el año en que el Levante a punto estuvo de no jugar porque llevaban meses sin cobrar, de esos deportes que solo aparecen en las noticias cuando no tienen dinero para viajar o para inscribirse en las competiciones. También me vienen a la cabeza aquellos que pagamos por estar en un club, por hacer el deporte que nos gusta, pero que cada fin de semana tenemos que desplazarnos por nuestros medios para competir.
Entonces entiendo lo de la ilusión. La ilusión por salir al campo, a las pistas, a donde sea, para darlo todo haciendo lo que más nos gusta. Me doy cuenta de que tengo mono de competir (o ilusión, el tema es que me apetece), y descubro que por fin ha salido el horario. El día 19 a las 18:35. Solo quedan veinte días. ¿Solo? No, aún quedan 20 días. 20 días de espera, de sufrimiento, pero sobretodo de ilusión.
Domingo 29 de noviembre de 2009. 18:40 horas. Valencia. Frente a mi ordenador. Aparco la maratón de Big Bang, me pongo mi camiseta del Barça y bajo al bar a ver el partido con Àlex, Cambres y Rebeca. Partido o millones de euros desperdiciados, pero me gusta. Aunque esos millones estarían mejor invertidos en aquellos países donde millones de personas pasan hambre. A ellas si les haría ilusión vivir la mitad de bien que nosotros.
No se puede hacer una conclusión como la que tu has hecho y que nadie te haya escrito nada. Fatal por los 14 seguidores.
ResponderEliminarEn realidad todos podríamos colaborar con los países a los que les falta dinero. Pero no solo jugadores de fútbol. También actores. Y músicos. Y políticos. Y el señor McDonal's. Pero la vida es así. Es genial pagar lo mínimo y llevarse el máximo beneficio y explotarlo todo como sea.
Los de Alcorcón lo pasarán mal ahora, pero tengo varios amigos y conocidos en equipos de segunda, y ninguno está muerto de hambre ni viviendo en casa de sus padres... Así que tampoco vale llorar por llorar.
Me encanta la foto. Y me encanta el Barça. Y me encanta Big Bang ! Qué gran serie.
Soy Cambres para quien lo lea xD
ResponderEliminarME gusta muchisimo el blog esta muy wapo, os felicito a todos por el, a Pau en especial xD
Este de ilusion esta muy pero q muy bien sobretodo porque gano el barça 1-0 jajaja.
Bueno espero que os vaya muy bien con la pagina suerte y cuidaros!
Pau ya nos queda menos eh!!!! 16 dias solo para que empieze la gran temporada 2009\2010. Felicidades tmb por este pedazo de blog del k pau alguna vez entrenando me habla
ResponderEliminarEsto no solo pasa en el deporte.
ResponderEliminarA veces veo a algún "cantante" que ni siquiera es músico, que ni siquiera tiene cultura musical, que se dedica a poner su imagen prefabricada y a cantar sin ganas, tomándoselo como un trabajo para tener un sueldo millonario.
Y pienso, por ejemplo, en que para mi novio la música es su vida, y lo ha sido y lo será siempre, cobre por sus canciones o no. ¿Que le gustaría cobrar? Claro, porque a todos nos gustaría poder vivir haciendo lo que más nos gusta en el mundo. Pero no, no hay sitio para todos cuando otros están ahí por hacer un trabajo, sin ilusión.
Demasiados millones desperdiciados, y demasiadas ilusiones rotas o que podrían crecer más.
PD: En la cabecera, en editar diseño, editad la cabecera y elegid la opción de que la imagen esté en lugar del título del blog, porque sino sale el título y se tapan esas maravillosas imágenes, cuya casi totalidad escogió alguien con demasiado buen gusto xD
ResponderEliminarOye, qué chula la entrada!
ResponderEliminarLa foto es genial pero, sobre todo, la última frase es buenísima.
Visca el Barça, per supost :)
Os quiero!