Libertad derechática

Ya está. Ya se ha acabado. Ya ha pasado ese examen de derecho que pendía sobre nosotros como la espada de Damocles (en realidad, sobre Eugenio y sobre mi). Días de estrés, de encerrarseen casa a estudiar, de tortura, esas 14 páginas del foro para un examen oral. Esa sensación de liberación cuando Andrés ha dicho que si queríamos, podíamos hacerlo escrito. Esa sensación de libertad cuando hemos salido. Los quintos, el helado y la tarde tumbado en el sofá, viendo Como conocí a vuestra madre, el desestrés, el volver a hacer nada.

Mañana vuelta a la tortura, booleana en este caso. Como dijo Ángela, esa asignatura no tiene ningún sentido, y no te librará de la cárcel como derecho a no ser que encuentres un abogado en Google gracias a los booleanos. Pero el viernes... ay, el viernes. Libertad absoluta. Litros y litros de alcohol y vuelta al hacer-nada.

Solo quedan dos días...