Todas las alarmas se han disparado está mañana cuando una bibliotecaria de la zona rusa de Orsk en los Urales ha denunciado en su blog que el Servicio Antidrogas Ruso ha hecho llegar una lista negra a todas las bibliotecas con obras que no debían dispensarse por ser adictivas al consumo de narcóticos.
Desde ese momento, se ha generado un gran revuelo,y la prensa rusa ha echado pestes de esta Agencia y la ha criticado duramente, citando casos anteriores de prohibiciones hechas por los mismos. Todas estas declaraciones han provocado una marcha atrás en el plan del Servicio Federal de Lucha Antidrogas ruso (SAFL), en la que ha tratado de quitar hierro al asunto declarando que "solo se trata de una recomendación de prestar atención a los libros mencionados para ver si contienen materiales perniciosos".
"No hubo, no hay ni habrá orden alguna sobre eventuales listas de libros proscritos. La literatura sólo puede ser retirada por decisión de los tribunales", aseguró a el portavoz oficial del SFLA, Nikolái Kartashov.
Y es que entre los libros proscritos en esta lista casi "inquisitorial" se encuentra uno de los autores más reconocidos de la literatura española, como Arturo Pérez-Reverte, con su obra "La Reina del Sur", además de otros grandes escritores, como Tom Wolfe con "Ponche de ácido lisérgico" y William S. Burroughs con "Queer".
Pero sin duda, lo que más ha sorprendido a la prensa ha sido la figuración de monografías sobre la droga, en la que se trata de ahondar en sus problemas y explicar sus entresijos, por lo que es bastante inexplicable el hecho de que se encuentre en una 'Lista de obras que contienen elementos de propaganda y publicidad de narcóticos y sustancias psicoactivas', tal y como se nombró por la SFLA.
Este caso ha reabierto la polémica sobre si en el siglo XXI debe ejercerse una censura sobre libros o cualquier otro medio por resultar polémicas, adictivas, o pueda generar un problema a corto o largo plazo. Estamos de nuevo ante un frente abierto entre la libertad de expresión y la proteccion, en este caso a los menores que puedan ser altamente sugestionables por el buen hacer de estos escritores.
Polémica aparte, Pérez-Reverte ha presentado hoy el avance del que ha dicho es su libro "técnicamente más complejo". Asedio es una novela de más de 700 páginas ambientada en el Cádiz de 1812, en el año de la Constitucion Española y durante la Guerra de la Independencia.
Pero el escritor nacido en Cartagena ha querido recalcar que no se trata de una historia bélica, ni una novela histórica . "Transcurre en el Cádiz del asedio francés, pero es una novela de varios personajes con distintas historias cuyas vidas se van cruzando. Es en ese aspecto una novela contemporánea. La guerra, la Constitución, la parte histórica son sólo el telón de fondo, pero no el objetivo de la novela; no hay nada didáctico en ella".
"Hay una trama policíaca, de espionaje, otra científica, otra folletinesco-romántica, otra marina y otra aventurera . Cada tema tiene un personaje que representa una parte de la historia; se van cruzando, todos convergen. La novela transcurre en el Cádiz de esa época pero podía haber elegido el Madrid del 36 o el Sarajevo del 92".
Y terminó su entrevista con El País con una frase un tanto lapidaria y que conmocionará a unos cuantos fieles de Reverte: "Mi tiempo como escritor está limitado, me pueden quedar con vigor narrativo diez o quince años como mucho; eso significan de cinco a siete novelas más, si no me muero antes".